Con el fin de otorgar una visión más concreta de lo que significa la pedagogía activa, se señalan en este documento ejemplos de trabajo en aula que asumen esta mirada, específicamente en las áreas de Ciencias Sociales y Lenguaje.
Imaginemos las nociones de economía como materia sobre la que se debe desarrollar una unidad en Ciencias Sociales y veamos en una pedagogía activa formas para enseñar aspectos sociales y económicos relacionados con el trabajo.
a. Construcción de conceptos:
Una de las oportunidades de trabajar a partir de las capacidades de relacionar, se da a través de situaciones que permiten la atribución de significado a términos propios del campo semántico, formulando pequeñas indagaciones en el medio circundante y formulando preguntas sobre conceptos como cesantía, contrato de trabajo, desglose de la remuneración, seguridad social, etc.
b. Interpretación de datos:
A través de la variedad de datos recogidos del entorno (fuentes directas, bibliografía, etc.) se integra tanto el mundo social de referencia de la vida cotidiana y cercana a los estudiantes como el conocimiento público sobre el tema, y se alcanzará con mayor respaldo argumentativo conceptos y convenciones de la economía.
c. Aplicación de principios:
en esta fase se espera que la situación de aprendizaje considere contrastar casos con la regla o definición, de manera de permitir la aplicación de razonamientos.
De esta manera, se introducen variables de una pedagogía activa que generan condiciones para:
Permitir el acceso a razonar acerca del comportamiento de la sociedad contemporánea;
Facilitar el acercamiento a tener una visión de lo social fundada en el análisis;
Incrementar capacidades de comunicación de la información que se posee y las relaciones con la información nueva, y Generar oportunidades para el fortalecimiento de la autonomía en la solución de necesidades de producción de un pensamiento original y propio, incidiendo, evidentemente, en la calidad de los aprendizajes, desde un punto de vista didáctico.
Otra situación de valoración de la disposición a valorar las capacidades interpretativas de las alumnas y alumnos se produce cuando a propósito de la lectura de textos literarios u observación de secuencias o fragmentos de obras cinematográficas, pinturas, fotografías, se introducen actividades para desarrollar las capacidades de comprensión. Un modelo como el siguiente integra aspectos a considerar en el trabajo de formar el gusto de leer:
Comprensión
Realizar predicciones sobre el desarrollo de acontecimientos a partir de índices diversos;
resumir o reconstituir una secuencia de eventos;
aclarar el sentido de un apalabra desconocida o de un pasaje difícil utilizando el contexto, recurriendo al diálogo o a la ayuda del diccionario.
Interpretación (Repuestas afectivas)
Expresar sentimientos sobre los personajes, la historia y las imágenes;
establecer acercamientos (analogías) entre los elementos del relato y su propia vida, permitiendo una mejor comprensión de la historia;
tomar parte frente a sus cuestionamientos y temas que intrigan.
Respuestas y preguntas creativas
Producir una versión dibujada de una escena, de un episodio;
concebir alternativas a los eventos relatados (¿qué pasaría si…?);
Respuestas y preguntas críticas
Justificar las impresiones y juicios a partir del texto;
examinar las razones de un personaje, tomando en cuenta su situación, sus motivaciones, su punto de vista; examinar la evolución, su rol en el transcurso del relato, comparando a los personajes; juzgar las cualidades y defectos de los personajes e identificar los valores que reflejan; comprender las convenciones del género (ciencia-ficción, policial, fantástico, etc.) y juzgar la verosimilitud del relato según esas convenciones;
identificar los temas desarrollados y explicar las hipótesis sobre las cuales el autor nos comunica lo que quiere expresar;
analizar el impacto de los recursos del autor en cuanto a la forma (narrativa, estilo, etc.);
expresar sus propias concepciones acerca del los temas del relato y compararlas con las concepciones del autor.